viernes, 26 de agosto de 2011

CINISMO...



El sabio y el cínico dicen la misma verdad, solo que uno es desde la paz, la humildad y el amor,  
y el otro desde la rabia, el orgullo y el odio.

El cinico usa la verdad para brillar, el sabio es usado por la verdad y brilla por sí mismo.
 
Al sabio no le importa mostrar o no su sabiduría; el cínico necesita gritarla y compararla.
 
El sabio vive en la paz de su ser, el cínico en el volcán de su ego.
 
El sabio transcendió su ego. Al cínico es el ego el que le transcendió.


Escribiendo estas frases recordé a un antiguo cuento que os dejo disfrutar aquí...


El célebre Maestro Tsukahara Bokuden atravesaba el lago Biwa sobre una balsa con otros viajeros. Entre ellos se encontraba un samurai extremadamente pretencioso que no paraba de vanagloriarse de sus proezas y su dominio del sable. Según él, era el campeón del Japón en todas las categorías. Y los demás viajeros que escuchaban con una admiración mezclada con miedo parecían creérselo todo. Pero Bokuden se mantenía alejado tranquilamente y no parecía tragarse todas esas bagatelas. El samurai se dio cuenta y, vejado, se acercó a Bokuden para decirle:

- Tú también llevas un par de sables. Si eres samurai, ¿por qué no dices algo?

Bokuden respondió tranquilamente:

- No me siento aludido por tus historias. Mi arte es diferente al tuyo: no consiste en vencer a los demás sino en no ser vencido.

El samurai se rascó la cabeza y preguntó:

- ¿A que escuela perteneces?
- A la escuela del combate sin arma.
- ¿Por qué llevas dos sables en ese caso?
- Eso me obliga a ser Maestro de mí mismo para no responder a las provocaciones. Es un desafío sagrado.

El samurai, exasperado, continuó:

- ¿Y piensas verdaderamente que puedes combatir conmigo sin sable?
- ¿Por qué no? ¡Incluso es posible que te gane!

Fuera de sí, el samurai gritó al barquero que remara hacia la orilla más cercana, pero Bokuden sugirió que sería mejor ir hasta una isla, lejos de los hombres, para no provocar una multitud y estar así más tranquilos. El samurai aceptó. Cuando la balsa alcanzó una isla deshabitada, el samurai saltó rápidamente a tierra y desenvainó su sable, dispuesto al combate. Bokuden se despojó cuidadosamente de sus dos sables, se los entregó al barquero y se dispuso a saltar a tierra, cuando, de pronto, cogió la pértiga del barquero y empujó la barca agua adentro, alejándose, impulsado por la corriente. El samurai se quedó en la isla gesticulando de furia. Bokuden se volvió hacia él y le gritó:

- ¡Esto es vencer sin arma!

Un abrazo zen amig@s. Marcos.


"El cinismo es una manera desagradable de decir la verdad." Hellman Lilian

"Un cínico es un hombre que, en cuando huele flores, busca un ataúd alrededor." Henry-Louis Mencken 

"Cínico: un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada. "Oscar Wilde 



4 comentarios:

Drago dijo...

Todos tenemos algo de cínicos, empezando por mi.

Gracias

Un abrazo

J. Marcos B. dijo...

Bueno, si Chencho, nos ha pasado a todos ser cínicos, pero no me parece la buen actitud. Con amor se va mas a dentro de las personas, a veces hasta se logra dejar huellas bonitas y no rajas feas. Un abrazo amigo y feliz camino!

Mirta Pagola dijo...

Gracias Marcos por seguir ahí, hace mucho que no te visitaba, siguen siendo tan maravillosas tus entradas, siguen ayudandonos a crecer.
abrazo de luz, Mirta

J. Marcos B. dijo...

Como siempre, es un placer leerte Mirta. Que la fuerza te acompañe. Un abrazo zen :)