domingo, 20 de mayo de 2012

EL PODER DEL PENSAMIENTO...


El consejo de San Pablo en su epístola a los Filipenses (4:8)
es tan racional y científico hoy como lo fue hace 1900 años:


“Finalmente, hermanos, todo aquello que es verdadero, todo aquello que es honesto, todo aquello que es puro, todo aquello que es hermoso, todo aquello que es bueno; si queremos que la virtud y el elogio sean realidad, PENSAD en tales cosas”. San Pablo.

Por lo tanto, según nos dijo San Pablo, uno debe enfocar su mente y dirigir sus pensamientos hacia lo que realmente desea ver materializarse en su vida, y no dejarse llevar por los pensamientos negativos u otros, aunque uno haya tenido experiencias negativas en algún momento de su vida. Si uno enfoca y mantiene su mente en lo malo, lo malo se materializara aún más. Solo hay que probar y cambiar nuestros pensamientos y mantenerlos durante un tiempo hacia lo que en Verdad deseamos, para darnos cuenta que todo es posible. Nada cambia si tú no cambias.
 

Según nos recuerda Enrique Renard en su lección de Teosofía nº 11:

"Debemos comprender que cuando se trata de superar
un problema la preocupación excesiva no va a solucionar nada y
nos va a hacer la carga más pesada aún al conferirnos un estado
depresivo desagradable tanto para nosotros mismos como para
quienes nos rodean. En lugar de ello, debemos ofrecer a nuestro
cuerpo mental nuevos surcos de pensamiento positivo repitiendo
continuamente frases tales como “Mi Paz os dejo, mi Paz os doy”.
“No dejéis que vuestros corazones trepiden o se llenen de
preocupación”. (San Juan, 14:27) “El Ser es Paz: yo soy el Ser.
El Ser es Fuerza: yo soy el Ser”. Tales pensamientos dan a la
mente nuevos “surcos” con los cuales, una vez familiarizada,
estará en posición de liberarse de las ataduras del temor y la
depresión.

Es importante recordar también que el universo está gobernado por
la justicia absoluta de la Ley Cósmica. Solamente la Ley Cósmica
puede afectarnos de manera definitiva, cualquiera sea el medio a
través del cual se manifieste. De ello se deduce que nada puede
hacernos daño salvo aquello que viene como resultado de nuestras
propias acciones. El dolor y la tristeza se reducen
considerablemente cuando aprendemos a apoyarnos en la sabiduría
de la Ley Cósmica, estableciendo así la costumbre de aceptar
aquello que es claramente inevitable y aprendiendo a pensar sólo
de manera constructiva y útil.

Evidentemente no ayudaremos a un enfermo con sólo lamentar su
enfermedad, sino enviándole pensamientos restauradores y
curativos. No constituimos ayuda para el “pecador” comentando
incesantemente sobre su “pecado” (que en el fondo no es otra cosa
que un reflejo de su inmadurez interna). Al proyectar
persistentemente pensamientos de amor, de paz y de progreso,
gradualmente lograremos quebrar la resistencia de la “armadura”
de aquél a quien estén dirigidos, provocando en él un inevitable
cambio de actitud. Conviene recordar que el amor siempre afecta a
nuestros semejantes de manera más eficaz que la falta de amor o la
indiferencia. Más aún, invariablemente, es precisamente la falta de
amor, lo que provoca en nosotros actitudes y manera de ser
reprochables."

Los malos momentos de la vida que, más o menos todos, en alguna ocasión hemos vivido, son lecciones que necesitamos para seguir creciendo, momentos que nos obligan a parar nuestro rumbo loco e inconsciente para reflexionar sobre lo que estamos haciendo. En general, si lo estamos pasando mal, es porque lo hemos enfocado, pensado, analizado mal en el pasado, y también porque fuimos demasiado débiles y blandos en resistir a ciertas tentaciones. 

La mente se alimenta de lo que le damos para 'comer', si le damos pensamientos positivos, seremos personas positivas y podremos vivir de forma más alegre. Si deseamos construir algo, una casa, montar un negocio tendremos que pensar antes en como queremos que sea una vez llegado a su desarrollo completo, incluso dibujarlo como un arquitecto moldea el plano de una casa. Si no pensamos no podemos hacer que se materialice nada, por eso Dios en nosotros nos para y nos invita a la reflexión, y para que también veamos, de una vez por todas, que podemos confiar en nosotros mismos si hacemos un esfuerzo de atención.

Por esa razón queridos hermanos, os invito junto a mi, a entrenarnos en albergar bellos pensamientos en nuestras mentes y dejar de alimentar todo tipo de estupideces que, demasiadas veces, dejamos pasear alegremente por nuestras mentes.

Un abrazo, Marcos.

Para aquel que quiera profundizar más sobre temas Teosóficos, aquí os dejo el enlace hacia la pagina web de Enrique Renard donde encontrareis todas las lecciones tan interesantes de introducción a la Teosofía.   http://www.estudiandoteosofia.net/

miércoles, 9 de mayo de 2012


Un Maestro de la Sabiduría dice: “Pero el cuerpo y el hombre son dos cosas diferentes y lo que el hombre quiere no es siempre lo que el cuerpo desea. Cuando tu cuerpo desea algo, detente a pensar si tú realmente lo deseas. Cuando hay un trabajo que debe ser hecho, el cuerpo físico pide reposo, quiere salir de paseo, quiere comer o beber; y el hombre que no tiene el conocimiento se dice a sí propio: “YO quiero hacer estas cosas y debo hacerlas”. Pero el hombre que conoce, dice: “Este que está pidiendo no soy yo, y es preciso que espere”. A menudo, cuando se presenta una oportunidad de ayudar a alguien, el cuerpo dice: “Cuanta molestia va a ser para mí; ¡qué lo haga otro!” Pero el hombre replica a su cuerpo: “TU no me impedirás ejecutar una buena obra”.
En los niños el elemental físico es muy pronunciado; cuando el niño grita y se retuerce, es el elemental y no el alma del niño quien da expresión a sus objeciones, las cuales, aunque muy razonables para él, nos parecen a menudo irrazonables.
Extracto de Teosofia explicada, por P.Pavri.


Os añado un trailer de una película que me pareció muy buena y que, de algún modo bastante genial, recuerda el texto aquí mencionado. 

domingo, 6 de mayo de 2012

No nos preocupemos demasiado de los eventos que sucedan en la vida, 
ellos están para lo mejor. 
No nos preocupemos de lo que son los demás. 
No hay pecado, sino falta de madurez. 
No nos preocupemos por lo que somos, 
sino anhelemos ser realmente lo que somos. 
En realidad no nos conocemos; 
 Dios y el Maestro nos conocen mejor. 
Dejemos todo a él y crezcamos como crecen las flores a través de la inextinguible aspiración y el amor de la belleza y la verdad.

En la paz creceremos. “Encuentra la paz aquél en quien los deseos fluyen como los ríos fluyen al océano, no aquel que desea los deseos. Y la paz es el fruto del darse”. 
Clara M. Codd


Cecilia, Ave Maria


Un feliz presente os deseo. 
Un abrazo. Marcos.

martes, 1 de mayo de 2012

 
Vida limpia, mente abierta,
corazón puro, intelecto despierto,
percepción espiritual sin velos,
fraternidad hacia el condiscípulo.

Presteza para dar y recibir consejo e instrucción,
leal sentido del deber hacia el Maestro
obediencia a los mandatos de la Verdad,
toda vez que hemos puesto nuestra confianza en Él
y creamos que el Maestro la posee.

Valor para soportar las injusticias personales,
enérgica declaración de principios,
valiente defensa de los que son injustamente atacados,
y mirada siempre fija en el ideal humano
de progreso y perfección que revela la ciencia secreta.

—Esa es la Escala de Oro,
por cuyos peldaños el aspirante puede ascender
al Templo de la Sabiduría Divina.

                                                        H. P. Blavatsky