lunes, 12 de septiembre de 2016

Padre Nuestro...


Si observamos detenidamente el Padre Nuestro, veremos que nos dice algo claro: 

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas 
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén

Esta oración es de una precisión absoluta, y de gran utilidad para nuestras vidas, pero pocos la entendemos en su totalidad.  

Tal y como personalmente la entiendo, ésta oración habla de que hay como una fuerza cerca y arriba de nosotros, esa misma fuerza que nos guía vía las intuiciones, corazonadas, flashes…es parte de nosotros. 

Pero está oración puede confundirnos, porque la nombraron Padre nuestro.

El Padre, en mi compresión, es el "Todo", es el aire, el cielo, y todo lo que nos envuelve. A la misma imagen que es el agua para los peces. El "Todo" nos envuelve a todos y está en comunicación constante con el Espíritu Santo (Yo Superior) y nuestros cuerpos, nuestros yoes inferiores, esas personalidades que pensamos ser. Y la Madre es la Tierra. Esta oración debería de llamarse más bien, Espíritu Santo. 

Y dice: Padre nuestro, que estás en el cielo" que en otras palabras sería: “Querido maestro, tú que estás aquí cerca de …”

Continúa diciendo “Santificado sea tu nombre y venga tu reino”, que se refiere a  bendecir su nombre, (el de tu Yo Superior, tu Guía, Padre, Ser, Maestro, Espíritu Santo, o como lo denomines, ese que está en conexión con el "Todo", con el Padre, con lo que nos conecta unos a otros en el mundo invisible), y sobre todo, a bendecir lo que es en esencia y darle las Gracias. Al recitar “venga tu reino”,  estás invitando a tu Yo Superior para que entre en uno mismo -en cada uno de nosotros- y nos guíe, dejando de actuar sólo desde nuestras confusas y egoícas personalidades inferiores. 

Dice luego “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”, es decir: Sé yo en mi cuerpo, actúa y guíame desde el cielo (Mente superior), y que se haga tu voluntad, no a mía...(no la de nuestro ego inferior)  

Danos nuestro pan de cada día es: ayúdanos a ganarnos la vida, guíanos hacia lo que hemos de hacer.


 “Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”; este verso y el siguiente también son bastantes claros: No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén”.  El del perdón es muy importante, indica bien el perdonarnos nuestro errores de egos teatrales como perdonamos a los demás egos andantes en sus respectivos teatros, porque muy pocos sabemos realmente lo que hacemos...más bien dormimos en nuestros teatros. 

El único problema aquí, es que la gente (yo incluido, durante muchos años en mi juventud) piensa que rezan a una entidad superior fuera de ellos y fuera de su alcance, cuando en realidad, no es otra que esa misma Mente Superior que nos manda esas divinas intuiciones. Es 'esa misma’, que nos ama, que está muy cerca de nosotros, a más o menos un metro por encima de nuestras cabezas. Esa misma que nos protege y nos guía desde que hemos nacido hasta la muerte y después de ella, y no alguien o algo en una nube o no sé qué otras historias… Se podría asimilar como a un Ángel de la Guarda. 

Amig@, deseo no haberte ofendido ni confundido con mi versión del Padre nuestro, nunca es mi intención, sólo me gusta indagar...
  
Si prefieres seguir pensando que ese Padre es una entidad más allá de las nubes, estás en tu absoluto derecho. La oración funcionará igual, y te ayudará, todo reside en tener Fe en ello y siempre hablar desde el corazón. 

J. Marc Boyer


jueves, 2 de junio de 2016

No eres más importante que un gusano...



La vida no tiene sentido, es cruel, necia y a pesar de todo maravillosa, no se burla de los hombres, pero tampoco se ocupa de ellos más que de los gusanos. Que precisamente el hombre sea un capricho y un juego cruel de la naturaleza, es un error que imagina el hombre porque se considera muy importante. Tenemos que ver que a nosotros, los hombres, la vida no nos resulta más difícil que a cualquier pájaro u hormiga, sino más fácil y más hermosa. Tenemos que aceptar la crueldad de la vida y la necesidad de la muerte, no con lamentos, sino saboreando esta desesperación. Sólo después de digerir toda la atrocidad o falta de sentido de la naturaleza podremos empezar a enfrentarnos a esta cruda falta de sentido y arrancarle un significado. Es lo máximo y lo único de que es capaz el hombre. Todo lo demás lo hacen mejor los animales. Para la mayoría de los hombres la falta de sentido de la vida es una desgracia tan nula como para los gusanos. Pero precisamente los pocos a los que les hace sufrir y empiezan a buscar el sentido son los que constituyen el sentido de la humanidad.
— 
Herman Hesse (via palabras-del-yo)

lunes, 15 de febrero de 2016

ESCLAVOS CONFORMES...



El individuo es introducido en el patrón de conformidad a la edad de tres o cuatro años, y a partir de ese momento, nunca pierde el contacto con el rebaño. Aun su funeral, que él anticipa como su última actividad social importante, está estrictamente de acuerdo con el patrón.
Además de la conformidad como forma de aliviar la angustia que surge de la separatidad, debemos considerar otro factor de la vida contemporánea: el papel de la rutina en el trabajo y en el placer. El hombre se convierte en “ocho horas de trabajo”, forma parte de la fuerza laboral, de la fuerza burocrática de empleados y empresarios. Tiene muy poca iniciativa, sus tareas están prescritas por la organización del trabajo; incluso hay muy poca diferencia entre los que están en los peldaños inferiores de la escala y los que han llegado más arriba. Aun los sentimientos están prescritos: alegría, tolerancia, responsabilidad, ambición y habilidad para llevarse bien con todo el mundo sin inconvenientes. Las diversiones están rutinizadas en forma similar, aunque no tan drástica. Los clubes del libro seleccionan el material de lectura; los dueños de cinematógrafos y salas de espectáculos, las películas, y pagan, además, la propaganda respectiva; el resto también es uniforme: el paseo en coche del domingo, la sesión de televisión, la partida de naipes, las reuniones sociales. Desde el nacimiento hasta la muerte, de lunes a lunes, de la mañana a la noche: todas las actividades están rutinizadas y prefabricadas. ¿Cómo puede un hombre preso en esa red de actividades rutinarias recordar que es un hombre, un individuo único, al que sólo le ha sido otorgada una única oportunidad de vivir, con esperanzas y desilusiones, con dolor y temor, con el anhelo de amar y el miedo a la nada y a la separatidad? 
Erich Fromm.

viernes, 1 de enero de 2016

FELIZ AÑO 9...



¡Feliz Año 9!

2016, Año de balance

El año 9, ¡Por fin! Bienvenido sea!! 2016 suma 9, y nueve es el final de un ciclo y el nacimiento de otro. Ya veréis como muchas cosas van a cambiar a lo largo de los próximos 10 años, nada será como antes... Emoticón grin
La energía del número 9 lleva la energía de la transformación, lo viejo es desechado y se prepara para recibir nuevamente el año del numero 1; es decir un nuevo ciclo de 9 años.
Este año hay que hacer una limpieza profunda, dar vuelta la página del pasado; vaciar la mochila donde se acumularon cosas que antes eran de utilidad, pero ahora no sirven; y aquí cuentan todas las cosas que no le permiten seguir avanzando, ocupan espacio e impidiendo su evolución. Todo aquello que este inconcluso, debe tener un desenlace antes que termine este ciclo, es tiempo de soltar y dejar ir.
El número 9 se relaciona con la limpieza, la limpieza de la casa, de su mente, de su vida, etc. La limpieza y el orden son las bases para moverse durante este periodo; mantendrá sus ideas despejadas reforzando sus talentos y aptitudes.
Es difícil discriminar correctamente donde poner su energía, se puede caer en actividades que obstaculicen sus objetivos. Las ideas claras y la firmeza en las decisiones le resguardaran de tentaciones no recomendables.
Claves son:
Transformación (lo Viejo y lo nuevo)
Balance de los 9 años
Limpieza y orden