Hoy en día se ve, cada vez más, pueblos
emigrando y mezclándose con la ciudadanía de países supuestamente más
avanzados. Hace muchos años ya que personas de África en general, América del
sur, China, llegaron a España, Francia y otros países como Inglaterra,
Alemania, Suecia… y se están quedando y haciendo sus vidas aquí en toda Europa.
Sé que no estoy contando nada nuevo, también
ocurre en América, donde ciertas personas del sur del continente cruzan
diariamente la frontera de México e invaden Estados Unidos. Nada nuevo en todo
esto..., y tampoco me sorprende la emigración de Siria provocada en gran parte
por políticas, equivocadas o no.
Hace tiempo que observo sin juzgar a toda esta
emigración dejando flotar en mí una pregunta: ¿para qué se arriesgan tanto en
dejar sus países de origen que en el fondo adoran...?
Lo que observo y siento viendo todo este movimiento migratorio
de seres humanos, es lo siguiente: todos queremos vivir mejor, tener una vida
alejada de los peligros, un techo, un plato de comida y tener tiempo (es decir,
Paz) para educar a nuestros hijos. Pero, por otra parte, también hay algo más
en el fondo en todo este asunto de grandes mezclas: la Evolución espiritual del
ser humano.
En la trastienda kármica de todos los pueblos hay, de
forma inconsciente de momento, este tema viejo como el mundo: la Evolución.
Un día escuché una canción que dice:
En lo puro
no hay futuro
la pureza está en la mezcla
en la mezcla de lo puro
que antes que puro fue mezcla.
la pureza está en la mezcla
en la mezcla de lo puro
que antes que puro fue mezcla.
Eso me recordó algo: que de aquí, de este planeta
escuela llamado Tierra, nadie se irá dejando un hermano atrás. Eso de creerse
avanzado, evolucionado, maestro de no sé qué... no vale si se deja atrás a un
hermano, sea de la raza que sea. Recuérdalo antes de juzgar y hablar. Y la
mezcla, es el único futuro que nos queda, aunque parezca que no...
J.Marcos Boyer.