Un Buda no desea ayudar a los demás, lo hace, pero en ello no hay ningún deseo; es algo que sucede espontáneamente. Es la fragancia de una flor que acaba de florecer. La flor no está deseando soltar su fragancia a los vientos para los demás, no le atañe que su aroma los alcance. Si alcanza a los demás solo es por accidente, y si no lo hace también es por accidente. La flor desprende su fragancia espontáneamente. Sale el sol pero no tiene deseo de despertar a nadie, el deseo de abrir las flores o el deseo de animar a los pájaros para que canten. Todo esto sucede espontáneamente.
Un Buda no ayuda porque esté deseando ayudar, sino porque su naturaleza es la compasión. Todos los meditadores se vuelven compasivos pero no son "siervos de los demás". Los siervos de los demás son maliciosos; el mundo ha padecido demasiado a estos siervos porque su servicio es deseo disfrazado de compasión, y el deseo jamas podrá ser compasivo. El deseo es siempre es una explotación. Puedes explotar en nombre de la compasión con otros bonitos nombres. Puedes hablar de servicio a la humanidad y de hermandad o de religión, Dios y verdad. Todas esas bonitas palabras solo provocan cada vez más guerra, más derramamiento de sangre, y cada vez más personas morirán 'dormidos'. Y seguirá siendo así hasta que cada uno de nosotros aportemos nuestra comprensión al mundo.
Escrito en base al libro de la 'Compasión' de Osho.
Escrito en base al libro de la 'Compasión' de Osho.
FOTO: Buda Maitreya es la personificación del amor afectivo de todos los Budas.
Con sus manos en el gesto de enseñar el Dharma sostiene los tallos de dos flores de loto que simbolizan su sabiduría omnisciente de los tres tiempos.
Sobre la flor de loto a su derecha hay una rueda del Dharma, que simboliza que será el quinto Buda fundador de los mil que aparecerán en este eón afortunado (Buda Shakyamuni fue el cuarto).
La vasija que tiene a su izquierda está llena de néctar de la inmortalidad. Está sentado en una postura con la que indica su disposición a levantarse en respuesta a las necesidades de este mundo.
En tiempos de Buda Shakyamuni se manifestó bajo el aspecto de uno de sus discípulos Bodhisatvas.
Sobre la flor de loto a su derecha hay una rueda del Dharma, que simboliza que será el quinto Buda fundador de los mil que aparecerán en este eón afortunado (Buda Shakyamuni fue el cuarto).
La vasija que tiene a su izquierda está llena de néctar de la inmortalidad. Está sentado en una postura con la que indica su disposición a levantarse en respuesta a las necesidades de este mundo.
En tiempos de Buda Shakyamuni se manifestó bajo el aspecto de uno de sus discípulos Bodhisatvas.