Hacemos hervir el 'Agua' de nuestro
cerebro bajo el 'Fuego' de nuestras incesantes preguntas, dudas y miedos pensando
que sacaremos alguna respuesta nueva… Si
observamos bien, tras preguntarnos algo, tras un estrés, dudar o temer de forma
repetida un tema, salimos agotados, perturbados, como si se hubiera evaporado
casi toda nuestra energía, y a veces, hasta acabamos con dolor de cabeza. Beber
mucha agua para recuperarnos de la ‘evaporación’, es vital si aún no sabemos
mantener la paz en nuestra mente concreta.
Todo este cansino proceso de
buscar soluciones, puede ser evitado en gran parte si uno se da cuenta de que
la mente en si, es vieja. Mente significa memoria, por lo tanto es pasado.
La memoria no puede ser nueva, no puede dar lo desconocido. No está aquí ahora,
solo acumula datos y experiencias, esa es su función. En el momento preciso que uno sabe, ya
es pasado. Haz leído esta frase por ejemplo, y ya es pasado... La mente repite viejos
patrones, ayuda si, pero no innova, solo mueve lo viejo y nos lo presenta con palabras nuevas
o unas imágenes distintas.
Nada fresco, nada nuevo puede
salir de ella…
Por lo tanto si en vez de mantener
nuestras preocupaciones o preguntas de forma constante en nuestra mente, las soltáramos
en el éter, en la nada, a Dios, en el mar, donde más nos guste…, apagaríamos dicho
fuego, y las aguas volverían a estar tranquilas de nuevo, sin burbujas ni vapor...
Solo es cuando el agua esta en Paz, que en su reflejo podemos ver todas las
respuestas que tanto anhelamos.
Podemos intentar experimentarlo y observar como funciona
ese tema del 'Agua Espejo', justo en el momento de dormirnos o de despertarnos
por ejemplo. En esos momentos podemos ver con mucha más claridad, es más fácil.
Preguntar algo desde ese estado de Paz, no perturba las aguas cristalinas en
las cuales puede reflejarse nuestro Ser Superior para llevarnos y mostrarnos el
camino, pero antes de llegar a eso, uno debe entrenarse a calmarse.
Para lograr calmar las aguas es fácil: hay que dejar de moverse,
anclarse cómodamente, fundirse con la 'Tierra' y evitar entrar en los
pensamientos concretos durante un tiempo, solo dejarlos pasar como una nube.
Como de costumbre, uno puede centrar su atención en el 'Aire', la respiración es
una clave, repetir un mantra, otra. Luego uno puede dormirse, o empezar a ver
como una especie de sueño que tendrá relación con sus últimos pensamientos del
momento, esos que tenía justo antes de soltar. Por esa razón es importante
antes de meditar o ir a dormirnos, -aunque sea una siesta-, albergar
pensamientos los más positivos y elevados posibles, o alguna pregunta a la cual
nos gustaría tener respuesta, si, pero hecha sin estrés, más bien soltada en confianza
total y con amor en la nada.
Cuando empezamos a Ver en el espejo, notamos como podemos perder fácilmente la ‘Vista’ del reflejo
simplemente al cambiar de postura. A veces al cambiar de posición cuando
descansamos o meditamos, lado izquierdo a lado derecho si estamos tumbados, o
simplemente moviéndonos un poco, se borra la imagen, y muchas veces salimos del
sueño tan interesante y revelador en el que estábamos sumergidos y volvemos al
cuerpo físico… Es importante no moverse. Es un poco como en la trilogía
de ‘The Matrix’, estamos en dos partes a la vez, en una donde uno no se
mueve, y la otra donde se vive
experiencias nuevas y a veces muy potentes y reveladoras. A la larga y con un
buen entrenamiento, uno puede estar despierto en su sueño y Ver cada vez mejor,
y mucho más allá de sus sueños más
atrevidos…
Todas las respuestas están dentro de nuestro Ser, lo único
que tenemos que hacer es calmar las aguas, dejar lo viejo donde esta, tranquilizarnos
y confiar mucho más en el ahora para sumergirnos en el. Lo nuevo solo puede
nacer de la Consciencia Unificada, no de la mente.
‘Ver’, no es imaginar, ni rebuscar en nuestra vetusta mente,
es Calmar, es Soltar, Escuchar y dejar Ser, así es como uno puede Ver en su
Espejo Humeante personal.
Feliz sueño despierto a tod@s!
Jean Marc Boyer.