…”Que el deseo y la mente sean tan puros y proporcionados, y la forma tan exactamente equilibrada, que no pueda ser atraída hacia el sendero destructor o de la izquierda”.
La pureza es, por lo general, una cuestión de móvil. Si el incentivo de cualquier acción está basado en el deseo de la personalidad, llevado a cabo aplicando la mente, entonces la impureza caracteriza esa acción…
Porque la pureza absoluta sólo existe en la liberación total del control. Hasta tanto el alma no sea liberada no se comprenderá el verdadero significado de la pureza. Es suficiente decir que hay una relación muy estrecha entre impureza y cualquier limitación física, emocional y mental.
La mayoría trata principalmente de lograr la pureza física y emocional y por lo tanto liberarse de control emocional del deseo. De ahí el constante, aunque mal expresado mandato de la mayoría de los libros esotéricos “mata el deseo”.
Tal vez una descripción más exacta para el presente inmediato sería “reorientar el deseo” o “redirigirlo”, pues la constante reorientación de toda la naturaleza de deseo, en forma que se convierta finalmente en un estado habitual de la mente, es la clave para todos los procesos de transmutación y del trabajo mágico efectivo.
A medida que se progresa en el sendero, los procesos mentales del aspirante son cada vez más potentes, y las formas mentales creadas se hacen más efectivas, a fin de obtener resultados. Será evidente, por tanto, que en el trabajo mágico (que debe llevarse a cabo en el plano físico), existe siempre una tendencia hacia el “sendero de la izquierda”, hasta establecer permanentemente la conciencia del alma, y convertir la pureza de móviles en un hábito mental.
ALICE BAILEY
VÍA LA VIDA UNA.
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