No
seas sólo un loro Intelectual.
Según R.
Pascale Provost, la palabra 'Intelectual' fue inventada para
designar ese malestar propio de él.
Es
cierto que la mayor parte de nosotros los humanos, pensamos que somos
el intelecto, cuando en definitiva, es solo una parte de nuestro mundo mental,
y ocupa un lugar inferior.
Ocupa
ese lugar porque es esencialmente analítico. Es como un
ordenador digamos. Ejecuta. Es sin lugar a duda muy útil, es el
instrumento de la cultura, del conocimiento del entorno, la
primera consciencia. Pero hay que devolverle su justo valor de ejecutivo y
debe ser disciplinado, orientado, limpiado, y reposado como buena herramienta
que es. El intelecto no tiene relación ninguna con el Alma,
de ahí nace 'el sentimiento de soledad'. Al no ser domado, el
intelecto destruye progresivamente la posible conexión con el Yo superior,
el único enlace viable para tener una vida plena y armoniosa. El
intelecto, si lo dejamos a sus anchas, tiene 'arte' hasta para auto-destruirse,
para hacernos caer en depresión o complaciéndose en el orgullo
presumiendo demasiado de sí mismo...
El
intelecto no es más que un elemento repetitivo en el plano horizontal de las
cosas aprendidas y ello, en cualquier actitud. De ahí la
gran importancia en controlarlo cuanto antes y por lo tanto, estar por encima
de uno mismo en una actitud y observación vertical para
transcender y fluir, siendo positivo, controlando pasiones
y demás aceleraciones de dicho intelecto. Sólo en
el cruce de lo vertical y de lo horizontal encontramos al Alma que
por su 'vínculo de amor magnético' como lo llama Pascale, nos hace sentir
que somos mucho más...
Feliz
día zen.
Marcos.